VACIO EXISTENCIAL
Decía nuestro Maestro Viktor Frankl:
"La sociedad de la opulencia trae consigo una sobreabundancia de tiempo
libre que ofrece, desde luego, ocasión para una configuración de la vida plena
de sentido, pero que en realidad no hace sino contribuir al vacío
existencial".
El vacío existencial muy
extendido en el siglo XX es sinónimo del sinsentido, una sensación en la que el
significado de la vida ha desaparecido y solo queda el sufrimiento, es decir
cuando la persona ya no siente la motivación por ninguna actividad cotidiana.
El vacío como condición humana es
el sentimiento de apatía, aburrimiento, acompañado frecuentemente de un
sentimiento agudo de soledad o desórdenes emocionales. Muchas veces el sentido
puede verse frustrado en la medida en que las expectativas de vida no sean
realizadas o sean afectados por situaciones de crisis donde no se cuenta con
las herramientas adecuadas para afrontarlos. En tales situaciones, la presencia
de un conjunto de sensaciones y cambios en nuestro día a día, surgen como
"síntomas" de un estado de frustración existencial que afecta nuestro
sentido de vida que ha sido denominado por Viktor Frankl como un "vacío
existencial":
"la pérdida del sentimiento
de que la vida es significativa", las personas presentan "el
sentimiento de que sus vidas carecen total y definitivamente de un sentido, y
se ven acosados por la experiencia de un gran vacío, un sentimiento de vacío
interior, una incapacidad para sentir las cosas y los seres". Así vemos
que el vacío existencial se manifiesta como una máscara que se compensa con la
voluntad de poder, de la que nos hablaba Adler, o viene a ocupar su lugar la
voluntad de placer de la que nos manifestaba Freud. Esta es la razón de que la
frustración existencial suele manifestarse en forma de compensación sexual y
así, en los casos de vacío existencial, podemos observar que la libido sexual
se vuelve agresiva. Así pues, la logoterapia está indicada no sólo en los casos
noógenos, sino también en los casos psicógenos.
El profesional que ejerce la
logoterapia debe despertar la conciencia del doliente para ayudarle a encontrar
razones de sentido sobre el dolor y la frustración, así como conducirlo al
autoconocimiento de sus fuerzas y valores, y de sus limitaciones y
fragilidades. La meta es que la conciencia, y las capacidades y valores que la
habitan (dignidad, libertad, responsabilidad), y no la biología o la
emotividad, sean las que dirija la vida de la persona.
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