jueves, 4 de septiembre de 2025

 

ESPIRITUALIDAD

 

Buda dijo: «Así como una vela no puede arder sin fuego, los seres humanos no pueden vivir sin una vida espiritual».

La espiritualidad es un fenómeno mediante el cual los seres humanos encuentran sentido y verdad, necesarios ante la naturaleza enigmática de la vida misma. También se convierte en una cualidad humana que nos impulsa a encontrar aquello que está más allá de nuestra naturaleza; es decir, un sentido de vida que guía nuestra forma de ser y de relacionarnos con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea.

Por lo tanto, esta cualidad no implica necesariamente la creencia en Dios como el ser supremo, ni que estas creencias pertenezcan a una doctrina específica sobre cómo contemplamos la existencia de un ser divino.

La espiritualidad se expresa especialmente en el amor. No en el amor posesivo, que nos aísla, sino en el amor que trasciende, que me conecta con los demás, con la naturaleza y con la vida. También se expresa en el amor compasivo, en el que empatizo con el sufrimiento ajeno, como si fuera el mío propio.

El amor me permite ver mis propios recursos y los de los demás, y sacar lo mejor de cada persona. También me invita al diálogo, a la relación yo/tú con el otro y conmigo mismo. Por eso, un encuentro interpersonal es siempre una experiencia espiritual en la que la persona del otro se despliega ante mí, y mi propia persona también se revela a ambos.

En el encuentro, me abro y me maravillo ante el misterio que se despliega, sin ninguna fuerza por mi parte. Soy yo en toda mi expresión, y también soy tú intensamente, como nos dijo Martin Bubber.

Nuestro Maestro Viktor prefiere evitar el uso del sustantivo «espíritu». Se refiere a él, pues, como «lo espiritual», que contiene dos aspectos: uno esencialmente humano, y otro, como su manifestación, a través de la cual el espíritu debe encarnarse en la dimensión psicofísica, que tiene una función instrumental con respecto al otro, ya que el espíritu lo necesita para expresarse.

Como nos dijo Viktor Frankl : «El tiempo pasa, el dolor se olvida, pero el trabajo permanece. El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su ser más íntimo».  «Las decisiones, no las condiciones, son las que determinan quiénes somos».




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