CONCIENCIA
La conciencia es definida, por
Frankl, como “la capacidad de percibir totalidades llenas de sentido, en
situaciones concretas de la vida”; es entonces, el “órgano de sentido”. Gracias
a ella, podemos llegar a descubrir lo que para nuestra vida es “lo único
necesario”.
En sus obras, Frankl explora la
conciencia como el núcleo esencial de nuestra humanidad, algo que nos distingue
de todas las demás formas de vida en este vasto universo. Incluso en los
momentos más oscuros y desesperados, podemos encontrar significado y propósito
si nos conectamos con nuestra conciencia interior. Nos invita a tomar
responsabilidad por nuestras elecciones y actitudes ante la vida, liberándonos
así del sufrimiento y la desesperanza. En este sentido, la conciencia se
convierte en la fuerza motriz que nos permite sobrevivir y, lo que es más
importante, vivir con autenticidad y significado. Al mirar hacia adentro,
nuestro Maestro, nos anima a explorar nuestra conciencia para descubrir nuestra
esencia más profunda.
En la búsqueda del sentido,
podemos trascender el egoísmo y centrarnos en el bienestar de los demás y del
mundo en su conjunto. La conciencia nos convierte en arquitectos de nuestra
propia existencia y, al mismo tiempo, nos conecta con la vasta red de la
humanidad, otorgándonos un sentido de pertenencia y unidad.
Así vemos que, para otras
corrientes la conciencia se presenta como una construcción teórica o como una
entidad meramente intelectual o moral, lo que limita o condiciona el desarrollo
del ser, para la logoterapia “pertenece incondicional y categóricamente al ser
humano como fenómeno primario”.
Está en él desde un principio
pero inmersa en las profundidades del inconsciente que es donde tiene su
origen. Y en ese sentido puede considerarse pre-racional, pre-lógica,
pre-reflexiva. Definitivamente, la conciencia, desde la perspectiva de Frankl,
es el faro que nos guía hacia la realización plena de nuestro potencial humano.
Nos muestra que en cada experiencia, por más desafiante que sea, podemos
encontrar significado y propósito.
Así, la conciencia se erige como
el pilar fundamental para vivir una vida auténtica y trascendente, llevándonos
a un nivel más elevado de comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos
rodea.
"Ser tolerante no significa
que comparta la creencia de otra persona. Pero significa que reconozco el derecho
de otro a creer y obedecer a su propia conciencia."
No hay comentarios:
Publicar un comentario