jueves, 4 de septiembre de 2025



                                     



Julio César Toscano es un destacado logoterapeuta argentino, reconocido por su labor en la difusión de las enseñanzas de Viktor Frankl, especialmente en temas como la trascendencia, el autodistanciamiento y el uso del diálogo socrático en el ámbito terapéutico. Egresado del Centro de Psicología Existencial y Logoterapia (CPEL), Julio Toscano ha dedicado su vida profesional a ayudar a las personas a encontrar sentido incluso en las circunstancias más desafiantes.

FORMACIÓN ACADÉMICA Y VOCACIÓN:

Nacido en Buenos Aires, Julio Toscano comenzó su carrera estudiando Derecho, pero pronto descubrió su verdadera vocación en la Psicología Humanista Existencial. Fascinado por la obra de Frankl, decidió especializarse en logoterapia, una disciplina que combina la psicología con una búsqueda profunda de sentido existencial.

CONTRIBUCIONES A LA LOGOTERAPIA:

Julio Toscano ha hecho importantes aportes al campo, entre los que se incluyen: Aplicación de técnicas clave: Domina y enseña el uso de herramientas como la Intención paradojal y la Derreflexion, fundamentales para abordar problemas como la ansiedad, la neurosis y el vacío existencial.

TALLERES EN EL HOSPITAL NEUROPSIQUIÁTRICO BORDA

Facilitó talleres terapéuticos que ayudaron a pacientes con desafíos emocionales y existenciales, mostrando la efectividad de la logoterapia en contextos clínicos complejos. Difusión de conceptos esenciales: Sus escritos y charlas destacan la importancia de la trascendencia como elemento central en la búsqueda de sentido, un aspecto clave en la obra de Frankl.

INFLUENCIAS Y LEGADO

Discípulo del maestro Eugenio Pérez Soto, Julio Toscano combina el rigor académico con una profunda sensibilidad hacia el sufrimiento humano. Su enfoque integrador une la psicología, la filosofía y la espiritualidad, aportando una perspectiva única que enriquece la práctica terapéutica.

LABOR EDUCATIVA Y SOCIAL

Además de su práctica individual, Julio Toscano ha participado activamente en conversatorios, talleres y congresos sobre logoterapia, fomentando el diálogo interdisciplinario. Su compromiso con la educación lo convierte en un referente para nuevas generaciones de profesionales interesados en esta disciplina.

INSPIRACIÓN Y PROPÓSITO

Para Julio Toscano, la logoterapia es más que una profesión: es una misión. Su trabajo busca no solo aliviar el sufrimiento, sino también inspirar a las personas a conectar con su propósito más profundo, demostrando que incluso en el dolor puede haber sentido.

 

LA AUTOTRASCENDENCIA

Decía el Maestro Viktor Frankl: “He encontrado el significado de mi vida ayudando a los demás a encontrar en sus vidas, un significado”

 La Autotrascendencia, es uno de los conceptos fundamentales desarrollados por Viktor Frankl, y se refiere a la capacidad humana de ir más allá de uno mismo y encontrar un significado trascendental en la vida, es decir, se trata de trascender nuestras necesidades y deseos egoístas y buscar un significado más profundo y duradero. 

Frankl creía que el sentido de la vida no se encuentra dentro de nosotros, sino que se descubre en la relación con el mundo exterior y con los demás, por ende  puede manifestarse de diferentes formas, a través del amor y la conexión con los demás, al contribuir al bienestar de la sociedad o al buscar una meta o causa que vaya más allá de nuestros intereses individuales.

 A través de su experiencia en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y su posterior trabajo como logoterapeuta, Frankl llegó a la conclusión de que encontrar un propósito más allá de uno mismo es esencial para la salud mental y el bienestar emocional, por ello la trascendencia está enraizada en nuestra espiritualidad, y la espiritualidad es la parte de la humanidad que nos separa de todas las demás especies. 

Uno no puede convertirse en una persona totalmente realizada y “completa” hasta que no sea capaz de autotrascender, de comprender cuál es su lugar en el orden superior de las cosas. Al buscar algo más allá de nosotros mismos, nos volvemos más conscientes de nuestra responsabilidad para con los demás y para con el mundo en general. 

En última instancia, la autotrascendencia nos permite encontrar un sentido más profundo en la vida. Nos ayuda a superar los desafíos y dificultades, ya que nos conecta con algo más grande y más significativo que nuestras propias circunstancias, y nos impulsa a vivir de acuerdo con nuestros valores y a contribuir al bienestar de los demás, lo que a su vez nos brinda una sensación de propósito y realización. En definitiva, nos permite encontrar un sentido profundo y duradero en nuestra existencia.




 

 

 

LA TRÍADA TRÁGICA

DESDE LA LOGOTERAPIA 

DE VIKTOR FRANKL

 

Como sabemos la motivación principal del ser humano es la búsqueda de Sentido, de esta manera, Frankl introduce el concepto de la "Tríada Trágica": el Sufrimiento, la Culpa y la Muerte como realidades inevitables que pueden ser abordadas desde una perspectiva que busca el significado. Así es que desde la mirada Logoterapéutica, estas experiencias no son meramente obstáculos, sino oportunidades para encontrar una actitud resiliente en la vida.​

El Maestro Viktor Frankl sostiene que el Sufrimiento es una parte integral de la vida y que, aunque no siempre se puede evitar, sí se puede elegir la actitud con la que se enfrenta. La Logoterapia propone que, al encontrar un propósito en medio del dolor, la persona puede trascender su sufrimiento y utilizarlo como una oportunidad para el crecimiento personal. Esta perspectiva se basa en la idea de que la vida tiene sentido bajo cualquier circunstancia, incluso las más difíciles.​

Con respecto a la Culpa, entendida como la conciencia de haber actuado en contra de los propios valores, es vista en la Logoterapia como una oportunidad para el cambio y la mejora personal. Frankl argumenta que, al asumir la responsabilidad de nuestras acciones y buscar reparar el daño causado, podemos encontrar un sentido renovado en nuestras vidas. Este enfoque promueve la Autotrascendencia y el compromiso con valores que trascienden al individuo.​

Por último la conciencia de la Muerte, lejos de ser una fuente de desesperación, puede servir como un poderoso estímulo para vivir con autenticidad y propósito. La logoterapia enseña que al reconocer la finitud de la vida, las personas pueden priorizar lo que realmente importa y comprometerse con metas y valores significativos. Este reconocimiento impulsa a vivir cada momento con plenitud y a encontrar sentido en la existencia cotidiana.​

Ninguno de nosotros puede evitar un encuentro con el Sufrimiento ineludible, con la Culpa inexcusable y con la Muerte inevitable. La pregunta que debemos formularnos es: ¿cómo podemos decir sí a la vida a pesar de todo desde su aspecto trágico?

 Pero así también de los aspectos negativos, y quizá especialmente en ellos, se puede extraer un sentido, transformándolos en algo positivo:

 El sufrimiento, en crecimiento; la Culpa, en un cambio; y la Muerte, en acicate para la acción responsable», nos decía el Maestro. Estas palabras expresan lo que en Logoterapia se conoce como Optimismo Trágico, pues exaltan la grandeza del ser humano y lo emplaza al cumplimiento de la máxima Logoterapéutica: «Sí a la vida a pesar de todo».

La Logoterapia ha demostrado ser eficaz en diversos contextos clínicos y educativos. En el ámbito clínico, se ha utilizado para ayudar a pacientes con enfermedades terminales a encontrar sentido en su experiencia, lo que puede mejorar su calidad de vida y bienestar emocional. En el ámbito educativo, la logoterapia puede ser una herramienta valiosa para ayudar a los estudiantes a desarrollar una comprensión más profunda de sí mismos y de su propósito en la vida.​

En conclusión, la tríada trágica, desde la logoterapia, no representa obstáculos insuperables, sino desafíos que, al ser enfrentados con una actitud orientada al sentido, pueden conducir al crecimiento personal y a una vida plena. Frankl nos invita a adoptar una postura activa frente al sufrimiento, la culpa y la muerte, transformando estas experiencias en oportunidades para descubrir un propósito más profundo en la vida.​


     



 

LA LOGOTERAPIA Y EL ANÁLISIS 

EXISTENCIAL

La logoterapia y el Análisis Existencial son dos caras de la misma moneda, el primero se basa en la idea de  encontrar significado es una motivación central en la vida de las personas. Frankl sostiene que podemos descubrir sentido en nuestras vidas a través de tres vías principales: el trabajo o la acción que realizamos, el amor y las relaciones que establecemos con los demás, y la actitud que adoptamos frente a situaciones difíciles. Según la logoterapia, incluso en las circunstancias más adversas, tenemos la capacidad de elegir nuestra respuesta y encontrar un propósito significativo. La Logoterapia (tanto la forma  “específica” como la “inespecífica) forma parte del grupo de Terapias Centradas en el Sentido, junto con otros enfoques desarrollados posteriormente, como el Análisis Existencial desarrollado por Alfried Längle, que viene a complementar la Noodinamia.

El análisis existencial, un método psicotepéutico cuyo fin es capacitar al ser humano para que viva su propio obrar y existir con aprobación y consentimientos internos. Ayudando a que la persona pueda entregarse a lo que hace y alcance de ese modo una vida plena. Esa entrega debe ser una decisión concebida a la libertad, y que lo lleve a dar un sí:

ü  A su Mundo

ü  A la Vida

ü  A su Persona

ü  Al Sentido

El análisis existencial, se centra en la exploración de la condición humana y las preguntas fundamentales que enfrentamos, como la libertad, la responsabilidad, la muerte y el sentido de la vida. Se preocupa por comprender la experiencia subjetiva y la existencia única de cada individuo, además busca ayudar a las personas a comprender su situación existencial, explorar sus valores y creencias, y tomar decisiones conscientes y responsables para vivir una vida auténtica y significativa.

Ambos enfoques terapéuticos, se descubren a través de la conexión con los demás, el compromiso con un propósito y la trascendencia de uno mismo. También enfatizan la importancia de asumir la responsabilidad personal y la libertad para nuestra actitud frente a las circunstancias y encontrar significado incluso en medio del sufrimiento.

En definitiva, la logoterapia y el análisis existencial son enfoques terapéuticos que se centran en la búsqueda del sentido de la vida como un elemento clave para la salud mental y el bienestar. Estas teorías nos invitan a reflexionar sobre nuestras experiencias, valores y elecciones para encontrar un propósito significativo y vivir una vida auténtica.


   


 VACIO EXISTENCIAL

Decía nuestro Maestro Viktor Frankl: "La sociedad de la opulencia trae consigo una sobreabundancia de tiempo libre que ofrece, desde luego, ocasión para una configuración de la vida plena de sentido, pero que en realidad no hace sino contribuir al vacío existencial".

El vacío existencial muy extendido en el siglo XX es sinónimo del sinsentido, una sensación en la que el significado de la vida ha desaparecido y solo queda el sufrimiento, es decir cuando la persona ya no siente la motivación por ninguna actividad cotidiana.

El vacío como condición humana es el sentimiento de apatía, aburrimiento, acompañado frecuentemente de un sentimiento agudo de soledad o desórdenes emocionales. Muchas veces el sentido puede verse frustrado en la medida en que las expectativas de vida no sean realizadas o sean afectados por situaciones de crisis donde no se cuenta con las herramientas adecuadas para afrontarlos. En tales situaciones, la presencia de un conjunto de sensaciones y cambios en nuestro día a día, surgen como "síntomas" de un estado de frustración existencial que afecta nuestro sentido de vida que ha sido denominado por Viktor Frankl como un "vacío existencial":

"la pérdida del sentimiento de que la vida es significativa", las personas presentan "el sentimiento de que sus vidas carecen total y definitivamente de un sentido, y se ven acosados por la experiencia de un gran vacío, un sentimiento de vacío interior, una incapacidad para sentir las cosas y los seres". Así vemos que el vacío existencial se manifiesta como una máscara que se compensa con la voluntad de poder, de la que nos hablaba Adler, o viene a ocupar su lugar la voluntad de placer de la que nos manifestaba Freud. Esta es la razón de que la frustración existencial suele manifestarse en forma de compensación sexual y así, en los casos de vacío existencial, podemos observar que la libido sexual se vuelve agresiva. Así pues, la logoterapia está indicada no sólo en los casos noógenos, sino también en los casos psicógenos.

El profesional que ejerce la logoterapia debe despertar la conciencia del doliente para ayudarle a encontrar razones de sentido sobre el dolor y la frustración, así como conducirlo al autoconocimiento de sus fuerzas y valores, y de sus limitaciones y fragilidades. La meta es que la conciencia, y las capacidades y valores que la habitan (dignidad, libertad, responsabilidad), y no la biología o la emotividad, sean las que dirija la vida de la persona.


 

EL EGO Y EL ALMA

La espiritualidad tiende a asociarse con la trascendencia, con el propósito y con el sentido. La espiritualidad puede aportar recursos internos, una conexión con algo que puede darnos fuerzas, creatividad, humanidad, etc. 

Todo ello puede ayudar a encontrar sentido en las situaciones dolorosas que se presentan en la vida y a disponer de ciertos recursos que permitan superarlas o afrontarlas mejor. Por lo dicho, la espiritualidad conduce a la disolución del ego y de la identidad, por tanto, a una persona espiritual le tiene sin cuidado definirse como tal, o que los demás piensen que es o no espiritual. Existen numerosos testimonios de quienes dicen haber crecido o aprendido, tras una situación límite,  gracias a un encuentro con lo más profundo y esencial de sí mismos.

En todos los casos podríamos hablar de espiritualidad pues ha sido una fuente de fortaleza y ha favorecido la conexión con recursos previamente desconocidos. Ese proceso de conexión con el propio mundo interior no se suele dar de forma inmediata, sino que se suele producir atravesando diversas etapas, que pueden implicar un proceso esfuerzo y autodescubrimiento. 

Quienes ya han hecho, antes de una frustración existencial un proceso de autoconocimiento de este tipo, suelen tener más capacidad para sacar algo positivo de las situaciones adversas. No obstante, en los primeros momentos de iniciar dicho proceso puede haber sensación de desorientación, al tratarse de un viaje a un universo desconocido que, por inexplorado, no sabemos en qué consiste. Es posible, por otra parte, que un momento de dificultad sea el que impulse la búsqueda hacia algo que vaya más allá de lo conocido. 

Llevando dicha búsqueda a mirar tanto dentro como fuera de nosotros mismos, para encontrar salidas o recursos y para podernos desplegar desde una dimensión de mayor libertad. Esta dimensión es la que puede, precisamente, permitirnos escoger nuestra actitud ante lo que no podemos cambiar. En ese proceso de búsqueda y de autoconocimiento hacia nuestro mundo interior, encontramos que la espiritualidad puede aportar experiencias de luz en mitad de la oscuridad. 

Tenemos, por ejemplo, la siguiente afirmación de la filósofa Edith Stein:

 “Hay una luz en la noche, que descubre un nuevo mundo en lo más hondo del alma, y, en cierto modo, ilumina desde dentro el mundo exterior que se nos devuelve completamente transformado.”




 

EL HOMBRE QUE SUFRE  

( HOMO PATIENS )

Decía nuestro Maestro Viktor Frankl: .. El verdadero ser del hombre es la existencia y el sentido último de la vida es la trascendencia. El camino que emprendimos en nuestra crítica del nihilismo nos llevó del automatismo a la existencia; el camino elegido en nuestro análisis de la crisis del humanismo nos ha llevado de la autonomía a la trascendencia. Solo desde la trascendencia se puede encontrar el sentido último del sufrimiento

Frankl  nos hablaba del El Homo Patiens, o "el ser humano que sufre", una noción central en la psicología existencial donde nos invita a explorar la capacidad humana para encontrar significado y trascendencia incluso en medio del sufrimiento más profundo.

El que   experimentó en carne propia la atrocidad del Holocausto, donde fue testigo de la degradación y la muerte, y sintió en su propia piel el dolor y la desesperanza. Sin embargo, a través de su experiencia, Frankl descubrió que aquellos que lograban mantener una conexión con un propósito más elevado y encontrar sentido en medio del horror, eran capaces de resistir y encontrar una razón para seguir adelante. A través de la aceptación de la realidad, la búsqueda de un sentido personal y la dedicación a causas más allá de uno mismo, el ser humano puede transformar el sufrimiento en una experiencia trascendente. 

Cada persona tiene una historia única y una combinación particular de valores, talentos y experiencias. Al explorar y abrazar estas cualidades individuales, podemos descubrir un propósito auténtico que nos ayude a enfrentar incluso los desafíos más difíciles. El hombre doliente también nos recuerda la importancia de la conexión humana. 

Frankl señala que el sufrimiento puede aislar a las personas y hacerlas sentir solas, pero al alcanzar a los demás y brindar apoyo mutuo, encontramos consuelo y fortaleza. La empatía y la compasión se convierten en herramientas fundamentales para sobrellevar el sufrimiento y construir relaciones significativas. Definitivamente el hombre doliente representa la capacidad humana para enfrentar el sufrimiento con resiliencia y encontrar sentido en medio de las adversidades. A través de la elección de una actitud positiva, la búsqueda de propósito personal y la conexión con los demás, podemos transformar el sufrimiento en una experiencia de crecimiento y trascendencia. 

La obra de Frankl nos invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas y a encontrar el valor y la esperanza en tiempos difíciles, recordándonos que incluso en la oscuridad más profunda, el ser humano es capaz de encontrar luz y significado.




 

LOGOTERAPIA INESPECÍFICA

La Logoterapia inespecífica se ocupa de los aspectos clínicos y terapéuticos de los trastornos psicógenos y somatógenos. En última instancia, la Logoterapia tiene como objetivo, acompañar y ayudar a las personas a encontrar un propósito y un significado en su vida, y a vivir de manera más plena y auténtica. 

El término "inespecífica" sugiere que esta variante de la Logoterapia no se limita a un enfoque único, sino que integra diversas técnicas y métodos terapéuticos en su práctica. Esto permite al terapeuta adaptar la terapia a las necesidades específicas de cada individuo, utilizando una amplia gama de herramientas y enfoques según lo que sea más efectivo para el paciente en cuestión. 

Como bien sabemos, la logoterapia está encaminada primordialmente al tratamiento de las neurosis Noogenas que en casos extremos pueden degenerar hacia una patología con manifestaciones somáticas o psicológicas. Esta neurosis planeada por Frankl tiene su estudio en conflictos existenciales, por lo demás están presentes en la historia vital de cada persona, pues nacen a partir de una crisis espiritual, un dilema existencial, un conflicto de valores, la sensación de falta de sentido, y el vacío existencial. 

Las manifestaciones más comunes de este tipo de problemáticas son la frustración existencial que surge de la frustración de la voluntad de sentido, que degenera en búsquedas insustanciales y, en casos radicales, vacío existencial, en el cual subyace la vivencia extrema del absurdo y la pérdida de los valores y del sentido. 

Ambas son, a decir de Frankl, manifestaciones de nuestra manera de vivir actual. La ‘sintomatología’ particular para estos padecimientos queda comprendida en lo que se conoce como triada neurótica de masas compuesta por la depresión, la agresión y la adicción.

En resumen, la Logoterapia Inespecífica es una evolución de la Logoterapia de Frankl que incorpora elementos de otras corrientes terapéuticas, lo que la hace más flexible y adaptable a las necesidades individuales de los pacientes. 

Esto permite un enfoque más holístico y personalizado en el proceso de búsqueda de sentido y propósito en la vida.




 

 LO QUE SANA ES EL VÍNCULO

Esta máxima planteada por Yalom es una consigna que no ha perdido su vigencia. El vínculo, la relación… después vendrán las técnicas. Si priorizamos las técnicas dejamos de lado a la persona, si nos encontramos realmente con el hombre necesitado de ayuda, la técnica vendrá en el momento adecuado, no como la protagonista del encuentro. En el común de los casos, la persona espera el resultado del test con una ansiedad tal que nos recuerda a aquel que espera que la vidente le lea su destino en las manos. En nuestro trabajo debemos evitar que los test se asemejen a las cartas del destino. El Prof. Frankl nos dice: «La vida no es un test de Rorschach sino un enigma. Y lo que yo llamo deseo de sentido va más allá de la simple aprehensión de una figura». El encuentro libera, el amor libera, el valor muestra un campo de posibilidades imprevistas para la persona. No curó el psicólogo, no curó la técnica. Lo que cura es la relación. El encuentro entre dos personas, una dispuesta a ayudar y la otra dispuesta a ser ayudada. La relación personal paciente-terapeuta, en el encuentro existencial, es crucial para el proceso de cambio y de transformación del paciente. Es a través de este vínculo que el paciente tiene la oportunidad de vivenciar un «vínculo sano», un modelo de relacionamiento que quizá no ha vivido en toda su vida.

Afirma Yalom: «La relación es la mercancía curativa, y como ya sabemos, la búsqueda del conocimiento profundo y las excavaciones del pasado son tareas interesantes, aventuras aparentemente provechosas en las que se mantiene distraída la atención del paciente y del terapeuta mientras, por otro lado, está germinando el verdadero agente del cambio, la relación». Según Káiser, el terapeuta cura simplemente por estar con el paciente. Este terapeuta debe tener cuatro características de personalidad:

1) un interés por la gente;

2) un enfoque teórico que ayude al paciente a comunicarse libremente;

3) la ausencia de patrones neuróticos que obstaculicen el encuentro con el paciente, y

4) receptividad.

Recordemos dos capítulos de El Principito que ejemplifican la «capacidad de encuentro». El primero es aquel famoso diálogo entre el Principito y el zorro. El zorro insiste en ser su amigo y en que lo domestique, y el Principito le pregunta: ¿Qué es domesticar? El zorro le responde: Crear lazos. Esto es lo primero en la relación paciente-terapeuta, crear un lazo, una ligazón desde el ser espiritual que «habilite» y haga posible el desarrollo de la persona. El otro pasaje es aquel en donde el Principito se encuentra con el vendedor de píldoras para calmar la sed.

«— ¿Por qué vendes eso? Preguntó el Principito.

—Es una gran economía de tiempo —contestó el vendedor—. Los

expertos han hecho cálculos. Uno ahorra cincuenta y tres minutos por semana.

— ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?

—Se hace lo que uno quiera...

—Yo, se dijo el principito, si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, iría muy dulcemente hacia una fuente.

 Esta noodinámica es la tensión entre el hombre y el sentido, entre el hombre y la fuente. En este punto de la libertad como proyecto es en donde reside gran parte de las frustraciones de hoy. Contrario a lo que descubrió Freud en su época, la importancia de la represión de un hecho que había ocurrido en el pasado, hoy en día se experimenta la represión del futuro. No se sabe a dónde ir, no distinguimos nuestra fuente. Tenemos esos minutos libres y los experimentamos como el vacío del domingo (neurosis dominical), no hay nada para hacer. Entonces corremos rápidamente hacia el fútbol, el asado, cualquier actividad para «matar el tiempo». Esta es nuestra tarea, ayudar al otro en el acompañamiento hacia esa fuente, hacia ese sentido que está ahí esperando ser realizado por nosotros. Nadie nos puede reemplazar en esta tarea, y no tendremos una segunda oportunidad sobre la tierra. Cuando nuestro sentido, nuestro proyecto aparece con claridad, no tenemos necesidad de correr, porque sabemos hacia dónde vamos. Entonces recorremos el camino, tranquilos, observando el paisaje, disfrutando.

Esto es lo que comprendemos cuando hablamos de la vida como misión.


  



 

ANÁLISIS EXISTENCIAL

El Análisis Existencial de Viktor Frankl está fundamentada en tres pilares: la libertad de voluntad, la voluntad de sentido y el sentido de la vida.

La libertad de voluntad significa ser libre de ideas impuestas y determinadas, como mantener una actitud propia delante de la vida, sin imposición de condiciones. Aunque los condicionamientos psíquicos y físicos, a los cuales estamos expuestos, es posible mantener la libertad de voluntad debido a la capacidad de pensar libremente lo que queremos, así, nos auto-trascendemos y ubicándonos como queremos delante de la vida.

La voluntad libre , además de ser una facultad de ser constitutiva a toda persona , es su fundamento humanista , y lo que lleva al hombre a su libertad , es la posibilidad de decidir, de elegir y responder conscientemente ,los condicionamientos de cualquier tipo.

Frankl nos dice que la persona, no es un ser determinado por el mundo interno o externo, ya que la persona puede auto distanciarse, mirarse en perspectiva para luego elegir la actitud para ser protagonista de su propia existencia, tomando posición, es decir cómo vivir su vida. Esta capacidad de elegir en la persona, representa una posibilidad, ocupándose para que se vaya desarrollándose a mejores versiones.

Esto es posible en la medida de la acción y madurez de los organismos psicofísico. De modo que la capacidad específicamente humana de elegir y decidir se refuerza en el aquí y ahora. La vida son tus decisiones y darnos cuenta de que hacemos con lo que nos pasa, de qué forma afrontamos una situación, hay quienes renuncian a la posibilidad de elegir, no se hacen cargo de si y manipulan a otros para que elijan por él.

Uno de los objetivos de la Logoterapia, es el auto-distanciamiento, que proporciona una mejor autopercepción de a consciencia y la responsabilidad, y además facilita a que el hombre se realice en su libertad y en su totalidad, incluyendo su espiritualidad y su transcendencia para ser o que está llamado a ser.

Decía el Maestro Viktor Frankl, que: «Lo que se necesita para el hombre es la libertad interior; la serenidad interior es el resultado de la libertad interior»




 

ABORDAJE LOGOTERAPÉUTICO

Es una forma única de psicoterapia que se centra en ayudar a los individuos a encontrar un sentido y propósito en sus vidas. A diferencia de otras formas de terapia que pueden enfocarse en el pasado del individuo o en el análisis de sus problemas, la logoterapia se concentra en el presente y en el futuro, promoviendo la responsabilidad personal y la libertad de elección.

El logoterapeuta es un “facilitador”, que ordena, propone, ofrece y moviliza los recursos del otro, facilita la autonomía .Es un puente entre en ser y el deber ser ,no como un “debeismo”, sino como (la mejor versión de uno). El abordaje logoterapéutico, empiezan se desarrolla y termina en el ser, Ideales para comprender la expresión de la persona espiritual. Cree en la persona del otro, promueve sus recursos, pone la confianza en el otro para que el otro, confíe en sí mismo. Como facilitador, acompaña y descubre el Sentido de lo que está sintiendo, ya que tiene recursos suficientes para saber lo que el otro, está sintiendo.

EL ABORDAJE LOGOTERAPÉUTICO SE BASA EN VARIOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES:

BÚSQUEDA DE SENTIDO: La logoterapia postula que el principal motor en la vida humana es la búsqueda de significado. Frankl argumentaba que incluso en las circunstancias más difíciles, los individuos tienen la capacidad de encontrar sentido y propósito en sus vidas.

VOLUNTAD DE SENTIDO: Frankl introdujo el concepto de "voluntad de sentido", que se refiere a la capacidad innata de los individuos para buscar significado en sus vidas. Esta voluntad de sentido es fundamental para la salud mental y emocional.

TRÍADA DE DIMENSIONES PSICOLÓGICAS: Frankl sostiene que el individuo tiene una "tríada" de dimensiones psicológicas: la dimensión biológica, que se refiere a las necesidades físicas del individuo; la dimensión psicológica, que incluye las emociones y los pensamientos; y la dimensión espiritual, que se refiere al sentido y propósito de la vida. La logoterapia se centra en la dimensión espiritual y en ayudar a los individuos a encontrar significado en sus vidas.

RESPONSABILIDAD PERSONAL: La logoterapia enfatiza la importancia de asumir la responsabilidad personal por nuestras acciones y elecciones. Los individuos tienen la libertad de elegir cómo responder a las circunstancias de sus vidas, incluso cuando no pueden cambiar esas circunstancias externas.

El abordaje logoterapéutico se lleva a cabo a través de una variedad de técnicas y estrategias terapéuticas. Estas pueden incluir la exploración de los valores y creencias del individuo, la identificación de lo que es significativo para ellos y el establecimiento de metas orientadas al sentido. La terapia también puede implicar la reflexión sobre las experiencias pasadas, pero siempre con el objetivo de encontrar un sentido en el presente y orientarse hacia un futuro más significativo.

Decía en Maestro Viktor Frankl que:” No deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto. Por tanto ni puede ser reemplazado en la función, ni su vida puede repetirse; su tarea es única como única es su oportunidad para instrumentarla".

En síntesis, el abordaje logoterapéutico ofrece un enfoque optimista y proactivo para abordar los desafíos psicológicos y promover el bienestar emocional. Al centrarse en el sentido como el motor principal de la existencia humana, la logoterapia ofrece a los individuos una perspectiva poderosa para encontrar significado y propósito en sus vidas.

 


 

DIMENSIÓN NOOLÓGICA

 

“El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física. Incluso en las adversidades, el hombre sigue siendo libre de pensamiento”.

Nuestro Maestro Frankl concibió al ser humano como una unidad Bio-Psico-Espiritual o Noológica, esta expresión sabemos que deriva del término “nous” que significa espiritual.  Entonces Viktor nos propone un modelo antropológico sobre el que fundamenta su teoría, cuya base principal es la inclusión de la dimensión trascendente del ser humano. Ahora bien, el espíritu no se identifica con lo religioso, pues existe en todo hombre, incluso en el no religioso y no sería otra cosa que el ser profundo o existencial (específicamente humano), sin alusión a lo religioso.

Cuando el individuo busca el sentido último, y está consciente de que hay un orden en el universo y de que él es parte de ese orden. Si es una persona religiosa, lo percibirá como algo divino. Si es un humanista, en las leyes de la naturaleza.

Si es un científico, en las leyes de la física, astronomía, etc. Frankl explica a la dimensión noológica como lo específicamente humana, y la conciencia es el fundamento que contiene dicho componente al que denomina: el órgano del sentido, cuya manifestación esencial es la voluntad de sentido. De esta manera, la “voluntad de sentido”, trasciende lo biológico y lo psicológico, es decir, es el acto que define la condición humana, que se orienta al encuentro de un significado que suponga algo positivo para la persona, es decir, al desarrollo de valores.

Así es que la Logoterapia es una psicoterapia que propone una intervención centrada en la búsqueda del sentido de la vida e intenta inducir a la persona hacia el crecimiento de su libertad y su responsabilidad y orientarla hacia una vida más significativa y hacia un mayor bienestar personal. Por esta razón desde esta teoría se propone no etiquetar al sujeto por su deficiencia, ya que esto lo hace más vulnerable, sino más bien observarlo desde sus valores, capacidades y aptitudes.

La meta es que la conciencia, y las capacidades y valores que la habitan (dignidad, libertad, responsabilidad), y no la biología o la emotividad, sean las que dirija la vida de la persona.






 

ESPIRITUALIDAD

 

Buda dijo: «Así como una vela no puede arder sin fuego, los seres humanos no pueden vivir sin una vida espiritual».

La espiritualidad es un fenómeno mediante el cual los seres humanos encuentran sentido y verdad, necesarios ante la naturaleza enigmática de la vida misma. También se convierte en una cualidad humana que nos impulsa a encontrar aquello que está más allá de nuestra naturaleza; es decir, un sentido de vida que guía nuestra forma de ser y de relacionarnos con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea.

Por lo tanto, esta cualidad no implica necesariamente la creencia en Dios como el ser supremo, ni que estas creencias pertenezcan a una doctrina específica sobre cómo contemplamos la existencia de un ser divino.

La espiritualidad se expresa especialmente en el amor. No en el amor posesivo, que nos aísla, sino en el amor que trasciende, que me conecta con los demás, con la naturaleza y con la vida. También se expresa en el amor compasivo, en el que empatizo con el sufrimiento ajeno, como si fuera el mío propio.

El amor me permite ver mis propios recursos y los de los demás, y sacar lo mejor de cada persona. También me invita al diálogo, a la relación yo/tú con el otro y conmigo mismo. Por eso, un encuentro interpersonal es siempre una experiencia espiritual en la que la persona del otro se despliega ante mí, y mi propia persona también se revela a ambos.

En el encuentro, me abro y me maravillo ante el misterio que se despliega, sin ninguna fuerza por mi parte. Soy yo en toda mi expresión, y también soy tú intensamente, como nos dijo Martin Bubber.

Nuestro Maestro Viktor prefiere evitar el uso del sustantivo «espíritu». Se refiere a él, pues, como «lo espiritual», que contiene dos aspectos: uno esencialmente humano, y otro, como su manifestación, a través de la cual el espíritu debe encarnarse en la dimensión psicofísica, que tiene una función instrumental con respecto al otro, ya que el espíritu lo necesita para expresarse.

Como nos dijo Viktor Frankl : «El tiempo pasa, el dolor se olvida, pero el trabajo permanece. El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su ser más íntimo».  «Las decisiones, no las condiciones, son las que determinan quiénes somos».




 

EL AUTODISTANCIAMIENTO

“No soy médico para atender lo enfermo del hombre. Soy médico para atender lo humano del enfermo y lo espiritual del hombre”.Viktor Frankl

Max Scheler decía que lo que hace que el ser humano sea verdaderamente humano es un principio que nada tiene que ver con la evolución natural. No quiere vincularlo con el concepto de razón y busca otro concepto que sea más genérico: el espíritu.

Este concepto permite dar una explicación a tantos juicios de la mente humana que se escapan de la racionalidad. La creatividad, la libertad, la imaginación, el arte o la intuición son procesos humanos que no se pueden reducir exclusivamente a los dominios de la racionalidad. En el ser humano existe algo que lo hace emerger de las leyes de la naturaleza, distanciarse de ellas y vivirlas con sentido. 

Las necesidades espirituales, a pesar de estar vinculadas a las emocionales y psicológicas, provienen de la dimensión más interna del ser humano y no se pueden reducir a aspectos mentales o emocionales porque hacen referencia a la globalidad de la persona y a su proyecto de vida personal. La parte espiritual de la persona está vinculada a la capacidad de amar desde la libertad y, por lo tanto, a la capacidad de ejercer responsabilidades a lo largo de la vida. 

Las situaciones de vulnerabilidad nos hacen tomar consciencia de las necesidades que habitualmente no vemos pero que emergen en momentos de debilidad, sufrimiento o pérdida y se hacen visibles de forma insistente. Esto mismo ocurre en situaciones de felicidad.

Decía nuestro Maestro que: “El objetivo del ser humano no consiste en buscar la felicidad por sí misma, sino en encontrar unos cimientos sólidos para esta. La felicidad y el placer, cuando se buscan por sí mismos, son fugaces. La clave es vivir hacia algo o hacia alguien olvidándose de uno mismo”

La espiritualidad hace referencia a aspectos intangibles de la vida, desde las relaciones con los otros, con uno mismo y con la realidad transcendente, si es este el caso. La espiritualidad afecta al ser humano y genera la capacidad de apreciar la trascendencia, la capacidad de preguntarse sobre la existencia y el sentido. 

De esta manera el Maestro Viktor nos dice que el sentido no se inventa, sino que se descubre como una posibilidad que es valiosa. La persona que da respuesta a los valores que va descubriendo a lo largo de la vida se hace responsable de su propia existencia. En esto consiste el dar respuesta a la pregunta por el sentido de la vida.

“El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro, en su yo íntimo.”




 

 

TENDENCIA ACTUALIZANTE

Todos disponemos de la posibilidad de ser felices y sentirnos plenos con nosotros mismos y nuestro entorno a cada momento. Pero muchas veces nos encontramos ante situaciones que retrasan nuestro crecimiento personal. El hecho de decidir traspasar la línea de la dificultad y usar el problema como oportunidad de aprendizaje pone en movimiento lo que Carl Rogers llamó la tendencia actualizante. Este concepto es uno de los fundamentos de la teoría del enfoque centrado en la persona.

Rogers sostiene que todos los seres vivos (humanos, plantas y animales) tenemos una tendencia innata hacia la actualización. Él se refiere a ello como la tendencia hacia ser lo mejor que podemos ser en este momento de tiempo y espacio, aun cuando las condiciones no sean propicias de este proceso. Según la, cada persona posee dentro de sí mismo todo lo que necesita para crecer y, por tanto, para desarrollarse y ser feliz. 

La tendencia actualizante siempre se induce al movimiento y es un proceso constante. La decisión de transformar las cosas está en la disposición de cada uno de nosotros. La percepción que tengamos de nuestra realidad es algo temporal y como tal, necesita de una revisión constante para su ajuste a las circunstancias cambiantes.

El primer gran paso consiste en parar y observar. Los momentos de introspección nos proporcionan un entendimiento mejor de uno mismo y de la situación en la que nos encontramos.

El segundo paso es la aceptación. El acto de aceptación abre ante nosotros una perspectiva más amplia y con ello una mirada más ecuánime. Solo aceptando las cosas como son estaremos en las condiciones de desplegar la tendencia actualizante y todas posibles formas de transformar lo que ya no nos sirve.

El tercer paso es abrirse a lo nuevo. Cuanto más experimentas, más se verán enriquecidas tus formaciones neuronales y por ende, más creativa e innovadora se volverá tu forma de pensar.

EL CUENTO DE LA VACA ILUSTRA LO AQUÍ EXPRESADO:

Un maestro de gran sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes: una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó: “En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?” El señor calmadamente respondió: “amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.” El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, miró su fiel discípulo y le ordenó: “Busque la vaquita, llévela al precipicio y empújela al barranco.” El joven espantado vio al maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Más como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujó la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años. Un bello día el joven agobiado por la culpa resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con auto en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático. El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años, el señor respondió que seguían viviendo allí. Espantado el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacía algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): “¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?”.

El señor entusiasmado le respondió: “Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.


      


 

CICLO DE LA VIDA

El ciclo de vida es el proceso bio – psico - espiritual de una persona, desde su nacimiento hasta su finitud, y se refiere a un movimiento circular, proyectado en el tiempo, y está dividido en cuatro etapas: nacimiento, desarrollo, reproducción y muerte. Estas etapas se relacionan con el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de una persona, y no se detiene si éstas no han conseguido superar satisfactoriamente alguna de las etapas, pero cada una lo llevará a cabo de manera personal de acuerdo a sus capacidades.

Viktor Frankl nos decía que la vida no es algo, sino la ocasión para algo, lo importante no es lo que el individuo pueda esperar de la vida sino lo que pueda dar. La clave no está en las preguntas que el individuo le haga a la vida sino en cómo el individuo responde a las preguntas que la vida le plantea. Así una vida tiene valor cuando es por y para algo, pues una vida para nada ni para nadie, no es Vida, y nos presenta una teoría ontológica del tiempo que considera la transitoriedad de la existencia, partiendo de dos aspectos, donde primero manifiesta que el futuro no existe, así como el pasado; de este modo, el tiempo es una apariencia, lo que sugiere que la división de la temporalidad en pasado, presente y futuro constituye una ilusión de la consciencia. El segundo aspecto indica que la persona “viene de la nada y vuelve a la nada”, y, a pesar de eso, debe dar heroicamente sentido a la existencia.

En conclusión, parece evidente la importancia de pensar sobre la búsqueda del sentido en la vida de las personas, considerando la percepción temporal de su existencia. Seguro ello contribuirá para que se encuentre un sentido de la vida más auténtico, que considere desde las realizaciones presentes hasta la finitud. Con una mirada holística temporal de su vida, la persona humana no se contemplará solamente a sí misma, inmersa en el pasado, ni tampoco va a adelantarse inadvertidamente hacia el futuro, pero necesita percibir el pasado para pensar sus elecciones del presente, a fin de cambiar el futuro, creando su propio ser en el mundo

El cantautor Alberto Cortez nos dejó estos versos de su canción “La Vida”

La Vida llega, se va la vida, como una rueda gira que gira, distribuyendo la fecundidad, la desventura y la felicidad, Inagotables de su manantial…..la vida. Llega de pronto y entra sin llamar, cuando se va no dice a donde va, es la frontera de la eternidad…..la vida. No somos libres más que por amor, libres y eternos más que por amor, no vale nada si no es por amor... la vida.




 

CONCIENCIA

La conciencia es definida, por Frankl, como “la capacidad de percibir totalidades llenas de sentido, en situaciones concretas de la vida”; es entonces, el “órgano de sentido”. Gracias a ella, podemos llegar a descubrir lo que para nuestra vida es “lo único necesario”.

En sus obras, Frankl explora la conciencia como el núcleo esencial de nuestra humanidad, algo que nos distingue de todas las demás formas de vida en este vasto universo. Incluso en los momentos más oscuros y desesperados, podemos encontrar significado y propósito si nos conectamos con nuestra conciencia interior. Nos invita a tomar responsabilidad por nuestras elecciones y actitudes ante la vida, liberándonos así del sufrimiento y la desesperanza. En este sentido, la conciencia se convierte en la fuerza motriz que nos permite sobrevivir y, lo que es más importante, vivir con autenticidad y significado. Al mirar hacia adentro, nuestro Maestro, nos anima a explorar nuestra conciencia para descubrir nuestra esencia más profunda.

En la búsqueda del sentido, podemos trascender el egoísmo y centrarnos en el bienestar de los demás y del mundo en su conjunto. La conciencia nos convierte en arquitectos de nuestra propia existencia y, al mismo tiempo, nos conecta con la vasta red de la humanidad, otorgándonos un sentido de pertenencia y unidad.

Así vemos que, para otras corrientes la conciencia se presenta como una construcción teórica o como una entidad meramente intelectual o moral, lo que limita o condiciona el desarrollo del ser, para la logoterapia “pertenece incondicional y categóricamente al ser humano como fenómeno primario”.

Está en él desde un principio pero inmersa en las profundidades del inconsciente que es donde tiene su origen. Y en ese sentido puede considerarse pre-racional, pre-lógica, pre-reflexiva. Definitivamente, la conciencia, desde la perspectiva de Frankl, es el faro que nos guía hacia la realización plena de nuestro potencial humano. Nos muestra que en cada experiencia, por más desafiante que sea, podemos encontrar significado y propósito.

Así, la conciencia se erige como el pilar fundamental para vivir una vida auténtica y trascendente, llevándonos a un nivel más elevado de comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

"Ser tolerante no significa que comparta la creencia de otra persona. Pero significa que reconozco el derecho de otro a creer y obedecer a su propia conciencia."


           


 

REDUCCIONISMO

 

Es una tendencia filosófica que busca explicar fenómenos complejos a través de causas y principios más simples. En el ámbito de la psicología y la filosofía de la mente, esto se traduce en intentar reducir la experiencia humana a base meramente biológica o física.

Frankl, sin embargo, se opone firmemente a esta visión reductora y materialista del ser humano. Desde su propia experiencia en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, Frankl llegó a comprender que la vida humana no puede reducirse a meros impulsos biológicos o respuestas automáticas a estímulos externos.

 A pesar de las circunstancias más inhumanas, Frankl descubrió que aquellos que encontraron un propósito y sentido en sus vidas tenían una mayor capacidad de resistencia y supervivencia. En "El hombre en busca de sentido", Frankl relata cómo pudo mantener la esperanza y la fortaleza mental en medio de la atrocidad de los campos de concentración al encontrar significado en cada momento de su existencia, incluso en las situaciones más desesperadas. Para él, el sentido de la vida se encuentra en el enfrentamiento responsable a las demandas y responsabilidades únicas que nos presenta la vida en cada momento, incluso en medio del sufrimiento.

Así vemos que existen visiones reduccionistas del hombre que se centran sólo en el campo físico del hombre o inconsciente de este, negando cualquier tipo de trabajo intelectual que aborde también lo espiritual o que implique reflexión existencial filosófica al comportamiento humano. Frankl también critica el reduccionismo en la psicología moderna, que a menudo se centra en abordar los síntomas y no las causas subyacentes de los problemas mentales. Su visión del ser humano, la define como una unidad en la multiplicidad (bio, psico y espiritual) tiene raíces semitas, que aborda la totalidad de la existencia del ser humano en el mundo.

El hombre en este contexto es un ser que es capaz de tomar posición frente a la realidad que le toca vivir, de tomar decisiones con responsabilidad y enfrentarse a determinismo donde ven a la experiencia inconsciente del hombre como único ente explicativo de la conducta y aspiraciones personales o como resultado exclusivo de las reacciones bioquímicas. El hombre es ante todo libre y de dar sentido a su vida e inclusive en el dolor y seguir adelante con dignidad. El ser humano no es una cosa más entre otras cosas; las cosas se determinan unas a las otras; pero el hombre, en última instancia, es su propio determinante. Frankl nos manifestaba que: lo que llegue a ser -dentro de los límites de sus facultades y de su entorno- lo tiene que hacer por sí mismo.

En los campos de concentración, por ejemplo, en aquel laboratorio vivo, en aquel banco de pruebas, observábamos, éramos testigos de que algunos de nuestros camaradas actuaban como cerdos mientras que otros se comportaban como santos. El hombre tiene dentro de sí ambas potencias; de sus decisiones y no de sus condiciones depende de cuál de ellas se manifieste. Nuestra generación es realista, pues dice que hemos llegado a saber realmente lo que es el hombre.

Después de todo, el hombre es ese ser que ha inventado las cámaras de gas de Auschwitz, pero también es el ser que ha entrado en esas cámaras con la cabeza erguida y el Shemá Israel, o el Padre nuestro en sus labios”.

Como conclusión, Viktor Frankl abogó por un enfoque holístico y existencial en la comprensión del ser humano. Se opuso firmemente a la visión reduccionista que busca explicar toda la complejidad del ser humano en términos de procesos biológicos o factores externos. En cambio, defendió la importancia de encontrar sentido y propósito en la vida, ya que esta búsqueda es esencial para el bienestar y la autorrealización de cada individuo. Su legado existencial lo define cuando sentencia:

"He encontrado el significado de mi vida ayudando a los demás a encontrar en sus vidas el suyo".


          


 

 


AMOR

Decía nuestro Maestro, Viktor Frankl, que: " El amor es la única forma de aceptar a otro ser humano en el núcleo más profundo de tu personalidad, El amor constituye la única manera de aprehender a otro ser humano en lo más profundo de su personalidad."

 

Él tiene ochenta y tantos años e insiste en llevar de la mano a su mujer por dónde anda. Y cuando le pregunté, ¿Por qué su mujer camina como distraída, cómo si siguiera nada?

El respondió, porque tiene Alzheimer.

Entonces le pregunté, ¿Se preocupará su mujer si usted la suelta, la deja o simplemente usted se cansa?

Y respondió "Ella no se acuerda...Ya no sabe quién soy yo, desde hace un par de años que ya no me reconoce".

Yo sorprendido, le dije: "¡qué bien! Y aun así sigue de guía por el camino cada día a pesar de que ella no le reconoce". El hombre sonrío, me miró a los ojos.

Entonces me dijo: "Ella no sabe quién soy yo, pero yo sí sé quién es ella". "El amor de mi vida"

“El amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el ser humano...la plenitud de la vida humana está en el amor y se realiza a través de él”

Frankl enfatiza que el amor también puede ser una elección consciente y un acto de voluntad. Incluso en medio del sufrimiento, uno puede decidir amar y cuidar a los demás, encontrando así un propósito más allá de las circunstancias difíciles, y el amor como fuerza sanadora:

 

La presencia de amor y la capacidad de amar pueden tener un poder curativo en el proceso de recuperación psicológica. Las relaciones significativas y el apoyo emocional pueden ayudar a las personas a sobrellevar la adversidad y encontrar esperanza en momentos de desesperación.

 

             


 

martes, 2 de septiembre de 2025

 

EL EXISTENCIALISMO

El existencialismo es una corriente filosófica que se centra en la existencia individual y la libertad de elección. Los filósofos existencialistas, como Kierkegaard y Nietzsche, Rollo May, Jean Paul Sartre e Irvin Yalom y Albert Camus, exploraron temas como la angustia, la libertad, la autenticidad y la búsqueda de sentido en un mundo aparentemente absurdo. Frankl se relaciona con el existencialismo al enfocarse en la búsqueda de sentido como un elemento esencial de la existencia humana. 

Según Frankl, esta corriente de pensamiento es más completa que el psicoanálisis, ya que implica la asunción de una responsabilidad personal en la vida, y representa,  una reacción saludable contra el materialismo psicoanalítico, cuyo determinismo y reduccionismo derivaba de la tradición mecanicista del siglo XIX, y se centrará no en el origen de los síntomas, sino en el conflicto espiritual interno. Toda su obra es un esfuerzo por ampliar la curación Psico-anímica de la psicoterapia con la espiritual de su logoterapia, pues el espíritu y sus leyes no serían reducibles a lo psíquico. 

Frankl partía del núcleo del pensamiento existencialista donde más allá de lo psicológico, el hombre se concibe como ser consciente y responsable ante un deber que implica un sentido en una vida concreta donde realiza valores. 

Para Frankl, la búsqueda de sentido es la fuerza motivadora más poderosa en la vida de una persona. Creía que incluso en las circunstancias más adversas, como las que experimentó en los campos de concentración, las personas pueden encontrar un sentido si son capaces de identificar un propósito o un objetivo significativo. 

La terapia existencial se basa en el entendimiento de que cada persona es la creadora de su propia vida y tiene la libertad de elegir cómo responder a cada momento de la existencia. En el enfoque existencial, el terapeuta busca entender cómo el paciente experimenta la vida desde su único punto de vista. Este enfoque se dirige a las causas de los problemas psicológicos y no sigue los procedimientos que se prescriben estrictamente.

Resumiendo, su perspectiva se relaciona con el existencialismo al enfocarse en la búsqueda de sentido como un aspecto fundamental de la existencia humana y al destacar la importancia de la libertad y la elección individual en la creación de significado en la vida. Su obra y su vida son un testimonio del poder de la voluntad humana y la búsqueda de significado en situaciones extremadamente difíciles.