jueves, 4 de septiembre de 2025



                                     



Julio César Toscano es un destacado logoterapeuta argentino, reconocido por su labor en la difusión de las enseñanzas de Viktor Frankl, especialmente en temas como la trascendencia, el autodistanciamiento y el uso del diálogo socrático en el ámbito terapéutico. Egresado del Centro de Psicología Existencial y Logoterapia (CPEL), Julio Toscano ha dedicado su vida profesional a ayudar a las personas a encontrar sentido incluso en las circunstancias más desafiantes.

FORMACIÓN ACADÉMICA Y VOCACIÓN:

Nacido en Buenos Aires, Julio Toscano comenzó su carrera estudiando Derecho, pero pronto descubrió su verdadera vocación en la Psicología Humanista Existencial. Fascinado por la obra de Frankl, decidió especializarse en logoterapia, una disciplina que combina la psicología con una búsqueda profunda de sentido existencial.

CONTRIBUCIONES A LA LOGOTERAPIA:

Julio Toscano ha hecho importantes aportes al campo, entre los que se incluyen: Aplicación de técnicas clave: Domina y enseña el uso de herramientas como la Intención paradojal y la Derreflexion, fundamentales para abordar problemas como la ansiedad, la neurosis y el vacío existencial.

TALLERES EN EL HOSPITAL NEUROPSIQUIÁTRICO BORDA

Facilitó talleres terapéuticos que ayudaron a pacientes con desafíos emocionales y existenciales, mostrando la efectividad de la logoterapia en contextos clínicos complejos. Difusión de conceptos esenciales: Sus escritos y charlas destacan la importancia de la trascendencia como elemento central en la búsqueda de sentido, un aspecto clave en la obra de Frankl.

INFLUENCIAS Y LEGADO

Discípulo del maestro Eugenio Pérez Soto, Julio Toscano combina el rigor académico con una profunda sensibilidad hacia el sufrimiento humano. Su enfoque integrador une la psicología, la filosofía y la espiritualidad, aportando una perspectiva única que enriquece la práctica terapéutica.

LABOR EDUCATIVA Y SOCIAL

Además de su práctica individual, Julio Toscano ha participado activamente en conversatorios, talleres y congresos sobre logoterapia, fomentando el diálogo interdisciplinario. Su compromiso con la educación lo convierte en un referente para nuevas generaciones de profesionales interesados en esta disciplina.

INSPIRACIÓN Y PROPÓSITO

Para Julio Toscano, la logoterapia es más que una profesión: es una misión. Su trabajo busca no solo aliviar el sufrimiento, sino también inspirar a las personas a conectar con su propósito más profundo, demostrando que incluso en el dolor puede haber sentido.

 

LA AUTOTRASCENDENCIA

Decía el Maestro Viktor Frankl: “He encontrado el significado de mi vida ayudando a los demás a encontrar en sus vidas, un significado”

 La Autotrascendencia, es uno de los conceptos fundamentales desarrollados por Viktor Frankl, y se refiere a la capacidad humana de ir más allá de uno mismo y encontrar un significado trascendental en la vida, es decir, se trata de trascender nuestras necesidades y deseos egoístas y buscar un significado más profundo y duradero. 

Frankl creía que el sentido de la vida no se encuentra dentro de nosotros, sino que se descubre en la relación con el mundo exterior y con los demás, por ende  puede manifestarse de diferentes formas, a través del amor y la conexión con los demás, al contribuir al bienestar de la sociedad o al buscar una meta o causa que vaya más allá de nuestros intereses individuales.

 A través de su experiencia en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y su posterior trabajo como logoterapeuta, Frankl llegó a la conclusión de que encontrar un propósito más allá de uno mismo es esencial para la salud mental y el bienestar emocional, por ello la trascendencia está enraizada en nuestra espiritualidad, y la espiritualidad es la parte de la humanidad que nos separa de todas las demás especies. 

Uno no puede convertirse en una persona totalmente realizada y “completa” hasta que no sea capaz de autotrascender, de comprender cuál es su lugar en el orden superior de las cosas. Al buscar algo más allá de nosotros mismos, nos volvemos más conscientes de nuestra responsabilidad para con los demás y para con el mundo en general. 

En última instancia, la autotrascendencia nos permite encontrar un sentido más profundo en la vida. Nos ayuda a superar los desafíos y dificultades, ya que nos conecta con algo más grande y más significativo que nuestras propias circunstancias, y nos impulsa a vivir de acuerdo con nuestros valores y a contribuir al bienestar de los demás, lo que a su vez nos brinda una sensación de propósito y realización. En definitiva, nos permite encontrar un sentido profundo y duradero en nuestra existencia.




 

 

 

LA TRÍADA TRÁGICA

DESDE LA LOGOTERAPIA 

DE VIKTOR FRANKL

 

Como sabemos la motivación principal del ser humano es la búsqueda de Sentido, de esta manera, Frankl introduce el concepto de la "Tríada Trágica": el Sufrimiento, la Culpa y la Muerte como realidades inevitables que pueden ser abordadas desde una perspectiva que busca el significado. Así es que desde la mirada Logoterapéutica, estas experiencias no son meramente obstáculos, sino oportunidades para encontrar una actitud resiliente en la vida.​

El Maestro Viktor Frankl sostiene que el Sufrimiento es una parte integral de la vida y que, aunque no siempre se puede evitar, sí se puede elegir la actitud con la que se enfrenta. La Logoterapia propone que, al encontrar un propósito en medio del dolor, la persona puede trascender su sufrimiento y utilizarlo como una oportunidad para el crecimiento personal. Esta perspectiva se basa en la idea de que la vida tiene sentido bajo cualquier circunstancia, incluso las más difíciles.​

Con respecto a la Culpa, entendida como la conciencia de haber actuado en contra de los propios valores, es vista en la Logoterapia como una oportunidad para el cambio y la mejora personal. Frankl argumenta que, al asumir la responsabilidad de nuestras acciones y buscar reparar el daño causado, podemos encontrar un sentido renovado en nuestras vidas. Este enfoque promueve la Autotrascendencia y el compromiso con valores que trascienden al individuo.​

Por último la conciencia de la Muerte, lejos de ser una fuente de desesperación, puede servir como un poderoso estímulo para vivir con autenticidad y propósito. La logoterapia enseña que al reconocer la finitud de la vida, las personas pueden priorizar lo que realmente importa y comprometerse con metas y valores significativos. Este reconocimiento impulsa a vivir cada momento con plenitud y a encontrar sentido en la existencia cotidiana.​

Ninguno de nosotros puede evitar un encuentro con el Sufrimiento ineludible, con la Culpa inexcusable y con la Muerte inevitable. La pregunta que debemos formularnos es: ¿cómo podemos decir sí a la vida a pesar de todo desde su aspecto trágico?

 Pero así también de los aspectos negativos, y quizá especialmente en ellos, se puede extraer un sentido, transformándolos en algo positivo:

 El sufrimiento, en crecimiento; la Culpa, en un cambio; y la Muerte, en acicate para la acción responsable», nos decía el Maestro. Estas palabras expresan lo que en Logoterapia se conoce como Optimismo Trágico, pues exaltan la grandeza del ser humano y lo emplaza al cumplimiento de la máxima Logoterapéutica: «Sí a la vida a pesar de todo».

La Logoterapia ha demostrado ser eficaz en diversos contextos clínicos y educativos. En el ámbito clínico, se ha utilizado para ayudar a pacientes con enfermedades terminales a encontrar sentido en su experiencia, lo que puede mejorar su calidad de vida y bienestar emocional. En el ámbito educativo, la logoterapia puede ser una herramienta valiosa para ayudar a los estudiantes a desarrollar una comprensión más profunda de sí mismos y de su propósito en la vida.​

En conclusión, la tríada trágica, desde la logoterapia, no representa obstáculos insuperables, sino desafíos que, al ser enfrentados con una actitud orientada al sentido, pueden conducir al crecimiento personal y a una vida plena. Frankl nos invita a adoptar una postura activa frente al sufrimiento, la culpa y la muerte, transformando estas experiencias en oportunidades para descubrir un propósito más profundo en la vida.​


     



 

LA LOGOTERAPIA Y EL ANÁLISIS 

EXISTENCIAL

La logoterapia y el Análisis Existencial son dos caras de la misma moneda, el primero se basa en la idea de  encontrar significado es una motivación central en la vida de las personas. Frankl sostiene que podemos descubrir sentido en nuestras vidas a través de tres vías principales: el trabajo o la acción que realizamos, el amor y las relaciones que establecemos con los demás, y la actitud que adoptamos frente a situaciones difíciles. Según la logoterapia, incluso en las circunstancias más adversas, tenemos la capacidad de elegir nuestra respuesta y encontrar un propósito significativo. La Logoterapia (tanto la forma  “específica” como la “inespecífica) forma parte del grupo de Terapias Centradas en el Sentido, junto con otros enfoques desarrollados posteriormente, como el Análisis Existencial desarrollado por Alfried Längle, que viene a complementar la Noodinamia.

El análisis existencial, un método psicotepéutico cuyo fin es capacitar al ser humano para que viva su propio obrar y existir con aprobación y consentimientos internos. Ayudando a que la persona pueda entregarse a lo que hace y alcance de ese modo una vida plena. Esa entrega debe ser una decisión concebida a la libertad, y que lo lleve a dar un sí:

ü  A su Mundo

ü  A la Vida

ü  A su Persona

ü  Al Sentido

El análisis existencial, se centra en la exploración de la condición humana y las preguntas fundamentales que enfrentamos, como la libertad, la responsabilidad, la muerte y el sentido de la vida. Se preocupa por comprender la experiencia subjetiva y la existencia única de cada individuo, además busca ayudar a las personas a comprender su situación existencial, explorar sus valores y creencias, y tomar decisiones conscientes y responsables para vivir una vida auténtica y significativa.

Ambos enfoques terapéuticos, se descubren a través de la conexión con los demás, el compromiso con un propósito y la trascendencia de uno mismo. También enfatizan la importancia de asumir la responsabilidad personal y la libertad para nuestra actitud frente a las circunstancias y encontrar significado incluso en medio del sufrimiento.

En definitiva, la logoterapia y el análisis existencial son enfoques terapéuticos que se centran en la búsqueda del sentido de la vida como un elemento clave para la salud mental y el bienestar. Estas teorías nos invitan a reflexionar sobre nuestras experiencias, valores y elecciones para encontrar un propósito significativo y vivir una vida auténtica.


   


 VACIO EXISTENCIAL

Decía nuestro Maestro Viktor Frankl: "La sociedad de la opulencia trae consigo una sobreabundancia de tiempo libre que ofrece, desde luego, ocasión para una configuración de la vida plena de sentido, pero que en realidad no hace sino contribuir al vacío existencial".

El vacío existencial muy extendido en el siglo XX es sinónimo del sinsentido, una sensación en la que el significado de la vida ha desaparecido y solo queda el sufrimiento, es decir cuando la persona ya no siente la motivación por ninguna actividad cotidiana.

El vacío como condición humana es el sentimiento de apatía, aburrimiento, acompañado frecuentemente de un sentimiento agudo de soledad o desórdenes emocionales. Muchas veces el sentido puede verse frustrado en la medida en que las expectativas de vida no sean realizadas o sean afectados por situaciones de crisis donde no se cuenta con las herramientas adecuadas para afrontarlos. En tales situaciones, la presencia de un conjunto de sensaciones y cambios en nuestro día a día, surgen como "síntomas" de un estado de frustración existencial que afecta nuestro sentido de vida que ha sido denominado por Viktor Frankl como un "vacío existencial":

"la pérdida del sentimiento de que la vida es significativa", las personas presentan "el sentimiento de que sus vidas carecen total y definitivamente de un sentido, y se ven acosados por la experiencia de un gran vacío, un sentimiento de vacío interior, una incapacidad para sentir las cosas y los seres". Así vemos que el vacío existencial se manifiesta como una máscara que se compensa con la voluntad de poder, de la que nos hablaba Adler, o viene a ocupar su lugar la voluntad de placer de la que nos manifestaba Freud. Esta es la razón de que la frustración existencial suele manifestarse en forma de compensación sexual y así, en los casos de vacío existencial, podemos observar que la libido sexual se vuelve agresiva. Así pues, la logoterapia está indicada no sólo en los casos noógenos, sino también en los casos psicógenos.

El profesional que ejerce la logoterapia debe despertar la conciencia del doliente para ayudarle a encontrar razones de sentido sobre el dolor y la frustración, así como conducirlo al autoconocimiento de sus fuerzas y valores, y de sus limitaciones y fragilidades. La meta es que la conciencia, y las capacidades y valores que la habitan (dignidad, libertad, responsabilidad), y no la biología o la emotividad, sean las que dirija la vida de la persona.


 

EL EGO Y EL ALMA

La espiritualidad tiende a asociarse con la trascendencia, con el propósito y con el sentido. La espiritualidad puede aportar recursos internos, una conexión con algo que puede darnos fuerzas, creatividad, humanidad, etc. 

Todo ello puede ayudar a encontrar sentido en las situaciones dolorosas que se presentan en la vida y a disponer de ciertos recursos que permitan superarlas o afrontarlas mejor. Por lo dicho, la espiritualidad conduce a la disolución del ego y de la identidad, por tanto, a una persona espiritual le tiene sin cuidado definirse como tal, o que los demás piensen que es o no espiritual. Existen numerosos testimonios de quienes dicen haber crecido o aprendido, tras una situación límite,  gracias a un encuentro con lo más profundo y esencial de sí mismos.

En todos los casos podríamos hablar de espiritualidad pues ha sido una fuente de fortaleza y ha favorecido la conexión con recursos previamente desconocidos. Ese proceso de conexión con el propio mundo interior no se suele dar de forma inmediata, sino que se suele producir atravesando diversas etapas, que pueden implicar un proceso esfuerzo y autodescubrimiento. 

Quienes ya han hecho, antes de una frustración existencial un proceso de autoconocimiento de este tipo, suelen tener más capacidad para sacar algo positivo de las situaciones adversas. No obstante, en los primeros momentos de iniciar dicho proceso puede haber sensación de desorientación, al tratarse de un viaje a un universo desconocido que, por inexplorado, no sabemos en qué consiste. Es posible, por otra parte, que un momento de dificultad sea el que impulse la búsqueda hacia algo que vaya más allá de lo conocido. 

Llevando dicha búsqueda a mirar tanto dentro como fuera de nosotros mismos, para encontrar salidas o recursos y para podernos desplegar desde una dimensión de mayor libertad. Esta dimensión es la que puede, precisamente, permitirnos escoger nuestra actitud ante lo que no podemos cambiar. En ese proceso de búsqueda y de autoconocimiento hacia nuestro mundo interior, encontramos que la espiritualidad puede aportar experiencias de luz en mitad de la oscuridad. 

Tenemos, por ejemplo, la siguiente afirmación de la filósofa Edith Stein:

 “Hay una luz en la noche, que descubre un nuevo mundo en lo más hondo del alma, y, en cierto modo, ilumina desde dentro el mundo exterior que se nos devuelve completamente transformado.”




 

EL HOMBRE QUE SUFRE  

( HOMO PATIENS )

Decía nuestro Maestro Viktor Frankl: .. El verdadero ser del hombre es la existencia y el sentido último de la vida es la trascendencia. El camino que emprendimos en nuestra crítica del nihilismo nos llevó del automatismo a la existencia; el camino elegido en nuestro análisis de la crisis del humanismo nos ha llevado de la autonomía a la trascendencia. Solo desde la trascendencia se puede encontrar el sentido último del sufrimiento

Frankl  nos hablaba del El Homo Patiens, o "el ser humano que sufre", una noción central en la psicología existencial donde nos invita a explorar la capacidad humana para encontrar significado y trascendencia incluso en medio del sufrimiento más profundo.

El que   experimentó en carne propia la atrocidad del Holocausto, donde fue testigo de la degradación y la muerte, y sintió en su propia piel el dolor y la desesperanza. Sin embargo, a través de su experiencia, Frankl descubrió que aquellos que lograban mantener una conexión con un propósito más elevado y encontrar sentido en medio del horror, eran capaces de resistir y encontrar una razón para seguir adelante. A través de la aceptación de la realidad, la búsqueda de un sentido personal y la dedicación a causas más allá de uno mismo, el ser humano puede transformar el sufrimiento en una experiencia trascendente. 

Cada persona tiene una historia única y una combinación particular de valores, talentos y experiencias. Al explorar y abrazar estas cualidades individuales, podemos descubrir un propósito auténtico que nos ayude a enfrentar incluso los desafíos más difíciles. El hombre doliente también nos recuerda la importancia de la conexión humana. 

Frankl señala que el sufrimiento puede aislar a las personas y hacerlas sentir solas, pero al alcanzar a los demás y brindar apoyo mutuo, encontramos consuelo y fortaleza. La empatía y la compasión se convierten en herramientas fundamentales para sobrellevar el sufrimiento y construir relaciones significativas. Definitivamente el hombre doliente representa la capacidad humana para enfrentar el sufrimiento con resiliencia y encontrar sentido en medio de las adversidades. A través de la elección de una actitud positiva, la búsqueda de propósito personal y la conexión con los demás, podemos transformar el sufrimiento en una experiencia de crecimiento y trascendencia. 

La obra de Frankl nos invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas y a encontrar el valor y la esperanza en tiempos difíciles, recordándonos que incluso en la oscuridad más profunda, el ser humano es capaz de encontrar luz y significado.