sábado, 23 de noviembre de 2024

 


Conciencia

La conciencia es definida, por Frankl, como “la capacidad de percibir totalidades llenas de sentido, en situaciones concretas de la vida”; es entonces, el “órgano de sentido”. Gracias a ella, podemos llegar a descubrir lo que para nuestra vida es “lo único necesario”. En sus obras, Frankl explora la conciencia como el núcleo esencial de nuestra humanidad, algo que nos distingue de todas las demás formas de vida en este vasto universo. Incluso en los momentos más oscuros y desesperados, podemos encontrar significado y propósito si nos conectamos con nuestra conciencia interior. Nos invita a tomar responsabilidad por nuestras elecciones y actitudes ante la vida, liberándonos así del sufrimiento y la desesperanza. En este sentido, la conciencia se convierte en la fuerza motriz que nos permite sobrevivir y, lo que es más importante, vivir con autenticidad y significado. Al mirar hacia adentro, nuestro Maestro, nos anima a explorar nuestra conciencia para descubrir nuestra esencia más profunda. En la búsqueda del sentido, podemos trascender el egoísmo y centrarnos en el bienestar de los demás y del mundo en su conjunto. La conciencia nos convierte en arquitectos de nuestra propia existencia y, al mismo tiempo, nos conecta con la vasta red de la humanidad, otorgándonos un sentido de pertenencia y unidad. Así vemos que, para otras corrientes la conciencia se presenta como una construcción teórica o como una entidad meramente intelectual o moral, lo que limita o condiciona el desarrollo del ser, para la logoterapia “pertenece incondicional y categóricamente al ser humano como fenómeno primario”. Está en él desde un principio pero inmersa en las profundidades del inconciente que es donde tiene su origen. Y en ese sentido puede considerarse pre-racional, pre-lógica, pre-reflexiva. Definitivamente, la conciencia, desde la perspectiva de Frankl, es el faro que nos guía hacia la realización plena de nuestro potencial humano. Nos muestra que en cada experiencia, por más desafiante que sea, podemos encontrar significado y propósito. Así, la conciencia se erige como el pilar fundamental para vivir una vida auténtica y trascendente, llevándonos a un nivel más elevado de comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
"Ser tolerante no significa que comparta la creencia de otra persona. Pero significa que reconozco el derecho de otro a creer y obedecer a su propia conciencia."

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